jueves, 1 de marzo de 2012

Momento !




Esta entrada, no es una informativa, no voy a crear un debate, o contaros sobre un lugar que he visitado.
Esta semana, os quiero intentar transmitir y ojala contagiar un poco del amor y de los poéticos pensamientos nostálgicos y muy -hollywood in love- que una receta de un amigo mio, me trajo ala cabeza, y creo que fue lo bastante feeling como para transmitirlo y compartirlo con vosotros y de algún modo vislumbrar un poco una faceta de la cocina, que cada vez se estanca mas y mas en el olvido...


Antes de comenzar. El plato que despertto mi -Becqer- gastronómico que hoy os presento, fue un delicioso osobucco a la milanesa. {de Milán, no empanado eh}. Que luego ornamentaron unos ricos lingüini {Ha! Como el de Ratatouille}... Perdon por eso último. >(



Bueno. Entre en la cocina y ya desde el pasillo como si el propio aroma me atrayese como una fuerza implacable, vi esa cacerola burbujeante, llena de los estragos y cicatrices de 6 horas de preparación que lleva hacer este extasioso guiso... Unido todo esto al metálico, rayador de queso de mas de 80 anos que estaba en funcionamiento en todo este espectaculo gastronómico. Hizo que una receta me extrallese a un flash-back somnoliento de lo que sería un recuerdo {todo muy blanco y negro}, en este caso imaginario, asi que digamos el deseo de que en mi memoria residiese los momentos "nonna" cocinando la misma receta que podia oler y saborear en ese momento, fue como si una carne, una salsa y un viejo instrumental culinario, opacase, aniquilase tiempo y espacio, haciendome sentir lo que los italianos han sentido durante siglos. Uniendome a tradiciones y a nostalgias a priori agenas a mi descendencia, pero que ese plato hizo unirme a todo ello.
Consiguiendo que el brillo de la carne, la suntuosidad magra de su sabor y textura, el perfumado aroma del vino y las verdudar ya impalpables, el parmesano rayado en el instante. Despertara en mi un amor , una relajación, y capacidad de autoconocimiento emocional, que hizo darme cuenta del porque amor la cocina, del por que amamos comer y porque como yo aquel día, me quede horas observando, moviendo, oliendo y comiendo ese sencillo manjar... Como muchos habremos hecho con el clásico-estrella de nuestra abuela...



En esencia sentí en un plato el arte que es la cocina, sentilo facil que es recordar nuestras raizes o apreciar las ajenas, a traves de ella.Y como se puede disfrutar de la cocina.
Todo esto, lo sufuciente intenso e intrigante que llegue a dedicarle esta semana la entrada.
Pero ante todo que sepan que el plato aunque grandioso no fue el mejor del mundo, solo fue una maravilla gastronómica, que me inspiró a hablar de los sentimientos que puede despertar un plato, lo felices que nos puede hacer si lo apreciamos como es debido y como nos puede unir a nuestras tradiciones y a nuestro pasado.

Espero que la idea sobre el corazón y la comida/cocina, haya quedado claro y que os haya contagiado un poco del amor que extraigo yo de cocinar, de comer y de los momentos implícitos en todo esto...

Gracias, y por último he aquí el plato del delito:



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